El pedido de cena hiperespecífico de Elvis Presley pondría los pelos de punta a cualquier chef

La orden de cena hiperespecífica de Elvis Presley: Un viaje culinario único

Elvis Presley, el legendario Rey del Rock and Roll, no sólo era conocido por su música icónica y sus electrizantes actuaciones, sino también por sus peculiares gustos culinarios. Una de sus cenas, caracterizada por su hiperespecificidad, pondría los pelos de punta a cualquier chef. Acompáñenos a conocer los fascinantes detalles de las preferencias gastronómicas de Elvis Presley y la intrigante historia que se esconde tras sus poco convencionales exigencias culinarias.

El filete que había que “quemar”

Durante su estancia en un hotel de Las Vegas, Elvis Presley dejó muy claro que tenía unas expectativas muy particulares en lo que se refería a su filete. La superestrella tenía una definición única de “bien hecho” que pondría furioso a cualquier chef. A pesar de sus instrucciones, Elvis consideraba que cualquier filete que no estuviera bien dorado estaba crudo. Esta idiosincrasia obligaba a quienes le rodeaban a adaptar su lenguaje y utilizar el término “quemado” cuando pedían un filete en su nombre.

Priscilla Presley: testigo del paladar único de Elvis

Priscilla Presley, ex esposa de Elvis, conocía muy bien su peculiar gusto por la comida. Desde su primera conversación, observó su voraz apetito, mientras devoraba cinco sándwiches de bacon y mostaza. Fue durante un viaje a Las Vegas cuando Priscilla descubrió sus preferencias específicas por la carne.
En su libro “Elvis y yo”, Priscilla relata una conversación en la que Elvis pidió un filete y le indicó a su socio, Joe, que se asegurara de que lo pedía “bien hecho”. Sin embargo, la afirmación de Joe de que siempre lo pedía así no era del todo exacta. La definición de Elvis de “bien hecho” iba más allá de lo que la mayoría de la gente consideraría. Según Priscilla, Elvis creía que todo lo que no estuviera bien dorado seguía crudo. Por eso, los que pedían para él tenían que especificar “quemado” para asegurarse de que cumplía sus expectativas.

La cena de Elvis: Sencillez en medio de la extravagancia

Mientras que el pedido de filetes de Elvis en Las Vegas mostraba su hiperespecificidad, sus cenas típicas en casa eran sorprendentemente sencillas. Cuando estaba en Graceland, su amada residencia, Elvis solía optar por bocadillos de mantequilla de cacahuete, mientras que su séquito se deleitaba con filetes. Sin embargo, a Priscilla no le hacía mucha gracia.
En su libro, Priscilla expresaba su desaprobación por el hecho de que mientras los amigos de Elvis disfrutaban con filetes de solomillo o costillas de primera, él prefería hamburguesas o sándwiches de mantequilla de cacahuete y plátano. Para rectificar esta situación, Priscilla se hizo cargo de la cocina de Graceland, insistiendo en que las comidas debían reflejar los gustos personales de Elvis y no los de sus acompañantes. Su decisión de implantar un único menú por comida, con la opción de que los disidentes cenaran en otro sitio, causó inicialmente malestar entre el entorno de Elvis. Sin embargo, los cocineros acogieron con satisfacción el cambio, e incluso Vernon Presley, el padre de Elvis, apoyó la decisión de Priscilla.

La última comida de Elvis: Un sabor reconfortante

El viaje culinario de Elvis Presley no estaría completo sin mencionar su última comida antes de su prematura muerte en 1977. A pesar de las muchas comidas extravagantes e indulgentes que disfrutó a lo largo de su vida, su último banquete fue sorprendentemente ordinario. Según el Chicago Tribune, la última comida de Elvis consistió en cuatro bolas de helado y seis galletas de chocolate.
El pudin de plátano, los sándwiches fritos de mantequilla de cacahuete y plátano, y el infame sándwich Fool’s Gold (compuesto por una barra de pan, un tarro entero de mantequilla de cacahuete, un tarro entero de gelatina de uva y una libra de beicon) eran algunos de los alimentos reconfortantes que alegraban a Elvis. Su cocinera personal, Mary Jenkins Langston, reveló que Elvis encontraba un inmenso placer en comer y prefería que su comida fuera rica en sabor.

En conclusión

Los pedidos hiperespecíficos de Elvis Presley para cenar ofrecen una visión fascinante de las preferencias culinarias únicas de un icono de la música. Su definición de filete “bien hecho”, que exigía que estuviera bien dorado, sin duda pondría a prueba las habilidades de cualquier chef. Mientras tanto, sus comidas más sencillas en casa reflejaban sus gustos personales y los esfuerzos de su esposa, Priscilla, por garantizar su satisfacción. Al recordar el legado de Elvis, no podemos pasar por alto su gusto por la comida casera, que le proporcionaba alegría y satisfacción.
Las elecciones gastronómicas de Elvis Presley nos recuerdan que hasta las figuras más legendarias tienen su propia idiosincrasia y preferencias, incluso cuando se trata de algo tan básico como una comida. A través de su viaje culinario, comprendemos mejor al hombre detrás de la música y las experiencias únicas que dieron forma a su vida.

Preguntas y respuestas

¿Cuál era la preferencia específica de Elvis Presley a la hora de comer filetes?

Elvis Presley consideraba que cualquier filete que no estuviera completamente dorado estaba crudo. Él creía que “bien hecho” significaba que el filete tenía que estar completamente quemado, según su particular definición.

¿Cómo tenían que adaptar su lenguaje las personas que rodeaban a Elvis cuando pedían un filete para él?

Para asegurarse de que el filete cumplía las expectativas de Elvis, los que pedían para él tenían que especificar que debía estar “quemado”, ya que su definición de “bien hecho” superaba la interpretación convencional del término.

¿Cuál era la cena típica de Elvis en casa?

Mientras su séquito disfrutaba de los filetes, Elvis solía optar por platos más sencillos en casa. Para disgusto de su mujer, Priscilla, solía comer sándwiches de mantequilla de cacahuete y hamburguesas.

¿Cómo influía Priscilla Presley en las comidas de Graceland?

Priscilla tomó el control de la cocina de Graceland, asegurándose de que las comidas reflejaran los gustos personales de Elvis y no las preferencias de sus amigos. Implantó la política de tener un único menú por comida, permitiendo a quien no le gustara cenar en un restaurante local.

¿Cuál fue la última comida de Elvis Presley?



La última comida de Elvis antes de morir consistió en cuatro bolas de helado y seis galletas de chocolate. Esta comida relativamente ordinaria contrastaba con las extravagantes e indulgentes comidas de las que solía disfrutar.

¿Cuáles eran las comidas reconfortantes favoritas de Elvis?

Elvis tenía predilección por las comidas reconfortantes, como el pudin de plátano, los sándwiches fritos de mantequilla de cacahuete y plátano, y el famoso sándwich Fool’s Gold, que combinaba mantequilla de cacahuete, mermelada de uva, beicon y una barra de pan entera.

¿Cómo reflejaban las singulares preferencias gastronómicas de Elvis su personalidad?

Los pedidos hiperespecíficos de Elvis y su amor por la comida casera mostraban su individualidad y el placer que le producía deleitarse con sus platos favoritos. Sus elecciones culinarias ofrecen una visión de sus gustos personales y del placer que encontraba en la comida.