¿Puede una cadencia evadida terminar el antecedente de un punto?

Introducción

En música, el concepto de cadencia se refiere a la progresión armónica que señala el final de una frase musical. Las cadencias pueden clasificarse en varios tipos en función de su estructura armónica, como perfecta, imperfecta, plagal y engañosa. Sin embargo, existe un tipo de cadencia que no sigue las reglas convencionales de la progresión armónica, denominada cadencia evadida.

La cadencia evadida es una progresión de acordes no resuelta que crea tensión y expectación, pero que no se resuelve en el acorde de tónica esperado. Se utiliza a menudo en la música clásica y romántica para retrasar la resolución final y crear una sensación de suspense. En este artículo, exploraremos la posibilidad de utilizar una cadencia evadida para terminar el antecedente de un período, que es una estructura musical común en la música clásica.

¿Qué es un período?

En teoría musical, un período es una estructura musical formada por dos frases, la antecedente y la consecuente, que comparten una estructura melódica y armónica similar. La frase antecedente suele terminar con una cadencia que crea una sensación de incompletud o expectación, mientras que la frase consecuente resuelve la tensión terminando con una cadencia perfecta o imperfecta.
Los periodos se utilizan habitualmente en la música clásica y a menudo se asocian con el desarrollo de temas y motivos. Pueden variar en longitud y complejidad, y su estructura puede modificarse para crear diferentes efectos. En general, los periodos se utilizan para crear una sensación de equilibrio y simetría en una pieza musical, así como para proporcionar un marco para el desarrollo de ideas musicales.

El papel de la cadencia evadida

La cadencia evadida es un tipo de cadencia que no resuelve en el acorde de tónica esperado, creando una sensación de tensión y expectación. Se utiliza a menudo en música para retrasar la resolución final y crear una sensación de suspense. En el contexto de un período, una cadencia evasiva puede utilizarse para terminar la frase antecedente, creando una sensación de incompletitud y expectación que se resuelve en la frase consecuente.

El uso de una cadencia evasiva para terminar la frase antecedente puede crear una sensación de asimetría y tensión en la estructura del período, que puede utilizarse para transmitir diferentes estados de ánimo y emociones. Por ejemplo, el uso de una cadencia evasiva para terminar la frase antecedente puede crear una sensación de imprevisibilidad e inestabilidad, que puede utilizarse para transmitir una sensación de inquietud o ansiedad. Alternativamente, el uso de una cadencia perfecta o imperfecta para terminar la frase antecedente puede crear una sensación de estabilidad y equilibrio, que puede utilizarse para transmitir una sensación de resolución o satisfacción.

Ejemplos de Cadencias Evadidas en Periodos

Un ejemplo de cadencia evasiva utilizada para terminar la frase antecedente de un período se encuentra en la Sonata para piano nº 8 en do menor, Op. 13, de Beethoven, también conocida como “Sonata Patética”. En el primer movimiento, la frase antecedente termina con una cadencia evadida sobre el acorde de dominante. La frase consecuente comienza con la misma melodía que la frase antecedente, pero resuelve la tensión mediante una cadencia perfecta.

Otro ejemplo lo encontramos en la Sinfonía nº 40 en sol menor de Mozart. En el primer movimiento, la frase antecedente termina con una cadencia evasiva sobre el acorde subdominante. La frase consecuente comienza con una melodía similar pero resuelve la tensión utilizando una cadencia perfecta.

Conclusión

En conclusión, el uso de una cadencia evasiva para finalizar la frase antecedente de un período es una técnica que puede ser utilizada para crear una sensación de tensión, imprevisibilidad y asimetría en la música clásica. Puede utilizarse para transmitir diferentes emociones y estados de ánimo, dependiendo del contexto y de la intención del compositor. Aunque no sigue las reglas convencionales de la progresión armónica, la cadencia evasiva ha sido utilizada por muchos grandes compositores para crear algunos de los momentos musicales más profundos y memorables de la historia.

Preguntas frecuentes

¿Qué es una cadencia evadida?

Una cadencia evadida es una progresión de acordes no resuelta que crea tensión y expectación, pero que no se resuelve en el acorde de tónica esperado. Se utiliza a menudo en la música clásica y romántica para retrasar la resolución final y crear una sensación de suspense.

¿Qué es un período en teoría musical?

Un período es una estructura musical formada por dos frases, la antecedente y la consecuente, que comparten una estructura melódica y armónica similar. La frase antecedente suele terminar con una cadencia que crea una sensación de incompletud o expectación, mientras que la frase consecuente resuelve la tensión terminando con una cadencia perfecta o imperfecta.

¿Cuál es la función de una cadencia evocada en un período?



Una cadencia evasiva puede usarse para terminar la frase antecedente de un período, creando una sensación de incompletitud y expectación que se resuelve en la frase consecuente. El uso de una cadencia evasiva para terminar la frase antecedente puede crear una sensación de asimetría y tensión en la estructura del período, que puede utilizarse para transmitir diferentes estados de ánimo y emociones.

¿Puede utilizarse una cadencia evocada para crear estabilidad en un período?

Aunque una cadencia evasiva se utiliza a menudo para crear tensión e imprevisibilidad en un período, también es posible utilizarla para crear estabilidad. Sin embargo, el uso de una cadencia perfecta o imperfecta para terminar la frase antecedente se utiliza más comúnmente para crear una sensación de estabilidad y equilibrio en un período.

¿Cuáles son algunos ejemplos de piezas musicales que utilizan una cadencia evadida para finalizar el antecedente de un período?

Algunos ejemplos de piezas musicales que utilizan una cadencia evadida para finalizar la frase antecedente de un período son la Sonata para piano nº 8 en do menor, Op. 13 de Beethoven, también conocida como “Sonata Patética”, y la Sinfonía nº 40 en sol menor de Mozart. En ambas piezas, la frase antecedente termina con una cadencia evasiva que crea tensión y expectación, que se resuelve en la frase consecuente con una cadencia perfecta.