Reconsideración de la cadencia final de Dvorak 9: ¿es una cadencia plagal?

Reconsiderando la cadencia final de Dvorak 9: ¿Es una cadencia plagal?

La Novena Sinfonía de Antonin Dvorak, comúnmente conocida como la “Sinfonía del Nuevo Mundo”, es una obra maestra del Romanticismo y una de las favoritas de los entusiastas de la música clásica. El movimiento final de la sinfonía, titulado “Allegro con fuoco”, contiene una cadencia memorable que ha suscitado el debate entre musicólogos e intérpretes. En concreto, la cuestión es si la cadencia final del movimiento, que consiste en un acorde D7/A que se resuelve en un acorde E mayor, puede describirse con precisión como una cadencia plagal.

La definición de una cadencia plagal

Antes de profundizar en la cuestión de si la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak es una cadencia plagal, es esencial definir lo que es una cadencia plagal. Una cadencia plagal es una progresión de acordes que resuelve desde la subdominante (IV) al acorde de tónica (I), típicamente con una progresión “IV-I” o “IV-i”. El término “plagal” procede de la palabra griega “plagos”, que significa “lado”. A diferencia de la cadencia perfecta auténtica (V-I), que se considera la cadencia más final y concluyente, la cadencia plagal es menos concluyente y suele utilizarse para crear una sensación de resolución o cierre al final de una frase o sección musical.
Un ejemplo clásico de cadencia plagal es la cadencia “Amén”, comúnmente utilizada en himnos y otra música religiosa. En esta cadencia, los acordes pasan de IV a I, y la melodía suele terminar en la nota tónica. Otro ejemplo es la “cadencia andaluza”, comúnmente utilizada en la música flamenca, que presenta una progresión IV-III-II-I.

Argumentos a favor y en contra de la interpretación de la cadencia plagal

Entonces, ¿es la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak una cadencia plagal? Algunos estudiosos e intérpretes argumentan que sí, señalando el hecho de que el acorde D7/A puede interpretarse como un acorde IV en la tonalidad de La mayor, que es el relativo mayor de Fa sostenido menor, la tonalidad en la que está escrito el movimiento. Sugieren que el acorde D7/A funciona como un acorde subdominante, que resuelve al acorde tónico de Mi mayor, y por lo tanto puede considerarse una cadencia plagal.

Sin embargo, otros estudiosos e intérpretes no están de acuerdo con esta interpretación, argumentando que el acorde D7/A se entiende mejor como un acorde de dominante con una sexta añadida, que resuelve en el acorde de Mi mayor tónico. Señalan el hecho de que el acorde D7/A contiene el tono principal (C sostenido), que se encuentra típicamente en los acordes dominantes, y que la resolución al acorde E mayor es una progresión V-I, no una progresión IV-I como en una cadencia plagal. Además, argumentan que el acorde final de la sinfonía es el acorde de tónica, no el de subdominante, que es lo que requiere una cadencia plagal.
En última instancia, la interpretación de la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak como una cadencia plagal o no es una cuestión de debate y puede depender de perspectivas individuales y preferencias musicales. Algunos intérpretes pueden optar por enfatizar la función subdominante del acorde D7/A, mientras que otros pueden centrarse en su función dominante. Independientemente de la interpretación, está claro que la cadencia final de la sinfonía es un momento poderoso y memorable, que ha cautivado la imaginación del público durante más de un siglo.

Conclusión

En conclusión, la cuestión de si la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak puede considerarse una cadencia plagal es un tema fascinante de discusión y debate entre musicólogos e intérpretes. Mientras que algunos argumentan que la progresión de acordes D7/A – E funciona como una cadencia de subdominante a tónica, otros la ven como una progresión de dominante a tónica. Independientemente de la interpretación, está claro que la cadencia final es un momento poderoso y memorable que proporciona una resolución satisfactoria al viaje de la sinfonía. En última instancia, la interpretación de la cadencia final puede depender de las perspectivas y enfoques individuales de la música, y ambas perspectivas pueden ser válidas. Lo que es seguro es que la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak es un testimonio de la habilidad del compositor para crear música memorable e impactante.

Preguntas frecuentes

¿Qué es una cadencia plagal?

Una cadencia plagal es una progresión de acordes que resuelve desde la subdominante (IV) al acorde de tónica (I), típicamente con una progresión “IV-I” o “IV-i”. Es menos concluyente que una cadencia auténtica perfecta y suele utilizarse para crear una sensación de resolución o cierre al final de una frase o sección musical.

¿Cómo se interpreta la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak como una cadencia plagal?

Algunos estudiosos e intérpretes sostienen que la cadencia final del movimiento, que consiste en un acorde D7/A que se resuelve en un acorde E mayor, puede interpretarse como una cadencia plagal. Sugieren que el acorde D7/A funciona como un acorde subdominante, resolviendo al acorde tónico E mayor.

¿Cuál es el argumento en contra de interpretar la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak como una cadencia plagal?

Otros estudiosos e intérpretes no están de acuerdo con la interpretación de la cadencia final como una cadencia plagal, argumentando que el acorde D7/A se entiende mejor como un acorde de dominante con una sexta añadida, que resuelve al acorde tónico de Mi mayor. Señalan el hecho de que el acorde D7/A contiene el tono principal (C sostenido), que se encuentra típicamente en los acordes dominantes, y que la resolución al acorde E mayor es una progresión V-I, no una progresión IV-I como en una cadencia plagal. Además, argumentan que el acorde final de la sinfonía es el acorde de tónica, no el de subdominante, que es lo que requiere una cadencia plagal.

¿Es la interpretación de la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak como una cadencia plagal una cuestión de preferencia personal?

Sí, la interpretación de la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak como una cadencia plagal o no es una cuestión de debate y puede depender de perspectivas individuales y preferencias musicales. Algunos intérpretes pueden optar por enfatizar la función subdominante del acorde D7/A, mientras que otros pueden centrarse en su función dominante.

¿Cuál es el significado de la cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak?

La cadencia final de la Novena Sinfonía de Dvorak es un momento poderoso y memorable que proporciona una resolución satisfactoria al recorrido de la sinfonía. Independientemente de la interpretación, es un testimonio de la habilidad del compositor para crear una música impactante que ha cautivado la imaginación del público durante más de un siglo.